SOY
2015
4 OJALÁ
Ella no dijo nada,
nada, nada de nada,
se quedó como quedan
los cuerpos inertes, vacíos de alma.
Con el sueño tan roto,
con la cara tan blanca,
mientras la soledad
le arrugaba el vestido, trepando a su falda.
Ella no dijo nada,
ni una sola palabra,
aquella fría noche,
mientras yo la dejaba.
El espanto, a sus ojos
le ahuecó la mirada,
y mezclándose el Rimmel,
dos lágrimas negras tiñeron su cara.
Juro que me dio miedo,
verla así me asustaba,
y apuré la partida
y sin despedida me fui de la casa.
Pero al cruzar la puerta
me gritó con el alma,
me lanzó, con dolor, la peor maldición,
esa boca gitana:
Ojalá te enamores,
ojala te confundan los aromas, tantas flores,
ojalá que la lluvia, cuando caiga, no te moje,
y que sientas bien lento cómo el corazón se rompe.
Ojalá te enamores, ojalá,
ojalá que la esperes una, diez y cien mil noches,
y que cuando ella vuelva no te animes al reproche,
aunque traiga consigo el perfume de otros hombres.
Ojalá te enamores como nadie en la tierra,
ojalá te enamores de alguien que jamás te quiera.
Fue tan loco aquel grito,
que al salir de la casa
corrí ciego de miedo por aquella calle,
con la sangre helada.
Fue tan sabia la frase,
tan salida de su alma,
que sentí aquella noche
cómo su deseo marcaba mi karma.
Ahora vivo perdido
y amando a quien no me ama,
cumpliendo con dolor
esa cruel maldición, de su boca gitana.
Ojalá te enamores,
ojala te confundan los aromas, tantas flores,
ojalá que la lluvia, cuando caiga, no te moje,
y que sientas bien lento cómo el corazón se rompe.
Ojalá te enamores, ojalá,
ojalá que la esperes una, diez y cien mil noches,
y que cuando ella vuelva no te animes al reproche,
aunque traiga consigo el perfume de otros hombres.
Ojalá te enamores como nadie en la tierra,
ojalá te enamores de alguien que jamás te quiera.