Artista

Bersuit Vergarabat

DON LEOPARDO

1996

9 LA MUJER PERFECTA

“Reconozco que estoy un poco cansado,
pensaba, mientras tarareaba esta dulce canción.
Un sol radiante, la gente reposaba en la luz,
todo ocurría normalmente, transeúntes.

Yo, caminando por la calle, sin saber a dónde,
cuando creí escuchar a alguien que me decía algo,
pero vi que no se le movían los labios.
Me prestó una menor atención en ese momento.

Cuando se acerco a mí,
de una manera ingenua le pregunté:
¿Vos sos mujer? No, yo soy croata,
croata, croata, croata.

Comenzamos a caminar los dos en el mismo sentido,
bamboleándonos de una manera elegante,
‘ta linda,
parecía que yo también era lindo para ella.

Caminábamos, caminábamos, cuando advertí que,
repentinamente, un chico que paseaba normalmente
a todos los perros, como lo hacía todos los días,
se convierte en un girasol ante mis ojos.

Y dije: “algún estupefaciente que no ha bajado
me da estas sensaciones”.
Todo empezaba a cambiar.

Y unas trompetas medievales comenzaron
a anunciar una especie de sentimiento repentino.
Hacía cinco minutos que te conocía y necesitaba
preguntarte antes, ¿Vos sos mujer?
“No, yo soy croata, croata, croata.

A ver, sacame estos mosquitos que me molestan,
y los mosquitos se retiraron;
comenzaron a agrandarse, a formarse mariposas,
y yo ya quería irme.

Pero soy bien macho y me la banco,
y no sos más que una mujer. ¿Sos una mujer?
“No, yo soy croata, croata, croata, croata”.

Y me convertí en una rana
y te convertiste en un pez,
y me convertí en un zapato,
y te convertiste en un sillón de mimbre.

Y estábamos jugando al hada madrina,
y la gente se convertía en vaso y, los árboles,
comenzaban a flamear como si fueran algas
y estábamos sí, precisamente, todos abajo del agua.

¿Vos sos mujer?
“No, yo soy croata, croata, croata, croata”.

Y parecía un presagio, parecía algún mal anuncio,
pero yo soy bien macho y sos una mujer.
Empecé a charlar absurdamente,
a decir palabras inconexas, a hablar de distintos temas a la vez.

A simular movimientos de karate, a bailar, a desconcertarla,
las mujeres frente al desconcierto siempre retroceden,
pero no, ya no podía dejar de moverme epilépticamente
y decir estupideces aunque mi pensamiento era correcto.

¡Basta, basta!
¿Vos sos mujer?
“No, yo soy croata, croata, croata, croata”.

Y la agarré de los pelos, empecé a zamarrearla,
mi fuerza bruta te convertirá en polvo.
La llevé a un baño, vertí mi pene sobre su boca,
erigiendo el arma más prepotente de la naturaleza.

Estabas lista, tragala,
tragala o te rompo la cara, p*ta.

Y en ese instante el pene se dio vuelta hacia mí
y comencé a penetrarme a mí mismo,
y gozaba por el ano, ya era una mujer,
sentía como una mujer, quería todo para mí.

Y tengo vergüenza, me gusta, tengo vergüenza,
pero también tengo dignidad y te voy a preguntar
por mi rebeldía aunque sea: ¿Vos sos mujer?
“No, yo soy croata, croata, croata, croata”.

Me encerré en un baño y quise masturbarme
para quedar solo con mi fantasía, mi único tesoro.
Antes de suicidarme quiero recordar, quiero recordar que
alguna vez yo era el amo de esta tierra.

No, no, no, no…

Mi cabeza se incrusta en mi torso,
las manos se hunden para adentro,
soy un torso que gira como una pelota,
un torso que gira como una pelota,
y gira como una pelota, y gira como una pelota,
y gira como una pelota.
¿Vos sos mujer?
“No, yo soy croata”.