Diego Torres

Como un loco y aturdido
caminaba sin destino,
en un bar yo me senté
con un poquito de acento francés.

Se me acercó una voz,
bienvenido a este lugar,
yo sé muy bien quién sos,
contá conmigo.

Quién diría que algún día
el destino nos iba a juntar.
Entre el vino que corría, las mujeres, y la vida,
si Gardel nació acá o allá.

Qué bueno es soñar,
soñar y nada más.
Qué bueno despertar,
cuenta conmigo, te puedo acompañar.

Quiero andar,
ser libre como el viento,
respirar,
andar tranquilo a ritmo lento.
Yo no tengo prisa,
me sobra el tiempo, te puedo acompañar.

Después de arreglar el mundo,
como siempre en un segundo,
quién diría que algún día
el destino nos iba a juntar.

Suerte o casualidad,
todo está por empezar,
qué bueno que ya estás,
cuenta conmigo, te puedo acompañar.

Quiero andar,
ser libre como el viento,
respirar,
andar tranquilo a ritmo lento.
Yo no tengo prisa,
me sobra el tiempo.
Quiero andar,
ser libre como el viento,
respirar,
andar tranquilo a ritmo lento.
Yo no tengo prisa,
me sobra el tiempo, te puedo acompañar.
Te puedo acompañar.
No tengo prisa. Me sobra el tiempo.
Porque yo, porque yo, yo te puedo acompañar.

En París o en Buenos Aires, Florent.
Donde quieras, Diego.
Sa va tre bien, tre bien.