Hijos de Babel

Mi olvido no te olvida,
tu risa me hace mal,
mi rumbo se derrumba
y no lo puedo evitar.

Si espero desespero,
es lento mi tic tac,
de prisa se avecina
el principio del final.

Hoy me arrepiento.
¡Cómo quisiera no querer
esta costumbre fiel
de amar lo que ha pasado ayer!

¡Ay! maldigo las palabras
que te dije sin saber por qué.
¡Ay! ¡Maldigo las palabras!

Tu ausencia la presencio
deseando no desear
tus besos que me hieren
como un pérfido puñal.

Mi duelo no te duele,
no sirve este disfraz,
en mí ya se hizo carne
esta manía de estar mal.

Grita el silencio
en esta cruda soledad,
mueren mis sueños
antes de que los pueda soñar.

¡Ay! lastiman las palabras
que se dicen sin pensarlas bien.
¡Ay! ¡Lastiman las palabras!