Marcelino Azaguate

Yo no sabía que estaba ausente
como la vida de la flor,
pero la vida que no termina
creció en retoño con el amor.

Ahora solo con el silencio
y la esperanza de la ilusión,
de nuevo encuentro y te imagino
en el espacio el corazón.

Por eso dame de tu perfume
de tu pañuelo, de tu color,
florcita nueva de fuego eterno
está en tu cielo mi corazón.

En el silencio de aquel tiempo
que tus palabras ya no habitó,
creció la noche con las estrellas
y un cielo intenso lo cobijó.

Danza en el alma como la brisa
de tu sonrisa, bella ilusión,
cálido arrullo de tu pollera
que fue envolviendo mi corazón.