Karen Paz

Desde que nos encontramos,
sentí como conectamos.
Ni te cuento, cuando nos miramos,
somos el Ying y el Yang resucitando.

Es que me vuelve loca, pensar,
que nuestros cuerpos pueden gozar.
En nuestra mirada, tu piel y mi alma,
entrando en un trance inmortal.

Si disfrutamos el momento,
no perdemos más el tiempo.
Miradas, palabras,
y no te puedo soltar.

Es que no perdamos el tiempo,
y que la noche pasa lento,
tu cuerpo, mi cuerpo,
y no te puedo soltar.

Y no te y no te, y no te puedo,
y no te puedo soltar.
Y no te y no te, y no te puedo,
y no te, y no te puedo soltar.

Mi cabeza es un tsunami,
tu cuerpo es un deportivo,
que a doscientos veinte va,
por la ruta de lo prohibido.

Tu mirada fue mi cómplice,
para soltar mi lívido,
que estoy perdido entre tus labios,
y esos ojos tímidos.

No dije nada pero voy enserio,
no tengo drama en invitarte,
y que rompamos el misterio nena.
No tengo planes pero solo tengo un objetivo,
que esta noche te olvides de todo,
y te vengas conmigo.
Y nos vamo a enredar,
para fluir y gozar,
todas esas cosas,
que nos hacen jugar.

Y nos vamo a enredar,
para fluir y gozar,
todas esas cosas,
que nos hacen jugar.

En nuestra mirada,
tu piel y mi alma,
entrando en un trance inmortal.

Si disfrutamos el momento,
no perdemos más el tiempo.
Miradas, palabras,
y no te puedo soltar.

Es que no perdamos el tiempo,
y que la noche pasa lento,
tu cuerpo, mi cuerpo,
y no te puedo soltar.

Y no te y no te, y no te puedo,
y no te puedo soltar.
Y no te y no te, y no te puedo,
y no te, y no te puedo soltar.

Y no te y no te, y no te puedo,
y no te puedo soltar.
Y no te y no te, y no te puedo,
y no te, y no te puedo soltar.