Martin Pastor

Retumba un tambor en el pecho de Mariela
Van diez primaveras sin ninguna flor
Aceita el motor, levanta la bandera
Prenderá una vela por cada estación

Mariela medita en la noche
y arde de su lado el colchón
Su esposo querido se escarcha de frío
al otro hemisferio de la habitación
ignorando la canción...

Que cantan las hadas muy bien entonadas
con versos perversos de su corazón

Retorna el color al lecho de Mariela
Diez años de espera secándose al sol
Aceita el motor levanta la bandera
Prenderá una vela por cada estación

Mariela escucha una canción
y late en corcheas su cama
Pronuncia un nombre, se prende fuego
siente fluir el veneno
en su más íntimo rincón

Donde dibujan de noche las brujas
los versos perversos con sangre marrón

Retumba un tambor en el pecho de Mariela
Van diez primaveras sin ninguna flor
Retorna el color al lecho de Mariela
Diez años de espera secándose al sol

para amar al hombre de su fantasía
pondrá en una noche sus noches al día

cuando su marido se quede dormido
mirando un partido en el televisor

cantarán las hadas muy bien entonadas
los versos perversos de su corazón.