Viejo Empedrado

Este es un día nublado
y ya no hay nada por hacer,
después de tanto trabajo
y todo el humo que fumé.

Sin embargo, mi negra,
nosotros tenemos que hablar,
y si no hablamos no importa,
dejemos las guitarras sonar.

Vagando por las calles,
mirando el atardecer,
con la guitarra en la mano
y una fresca que se deja beber.

Yo me siento pensando
si todo va a seguir siempre así,
y vos con una sonrisa
me dices que yo vaya hasta ahí.

Tus ojos azules,
tu pelo que me hace vibrar,
y si yo toco primero
tu cuerpo ya me empieza a llamar.

Y sucumbiendo en tus brazos,
sabiendo que es hermoso al final,
y recorriendo tu cuerpo
tan tibio como el agua de mar.

Los que se animan
perdiéndose en la oscuridad,
el motor está encendido
lo piso y no voy a parar.

Estamos a 180
y la ruta que ya llega a su fin,
y tu susurro en mi oído
se siente y se hace sentir.

Y yo te veo vestirte
de una manera tan sensual,
los números que se cruzan
tratando de volverse a encontrar.

Y si el destino lo piensa
que ya no es tan difícil soñar,
y si es sueño no importa,
me quedo con mi chica especial.

Y quedará en mis recuerdos
esa tarde que me hiciste soñar,
y no lo dudes, mi negra,
siempre serás mi chica especial.
Y no lo dudes, mi negra,
siempre serás mi chica especial.