Manuel Carrasco

Si estás pensando si volveré,
abre la puerta, que estoy llegando,
aquella noche que te besé, me besaste y no sé,
el venenillo de tus labios...

Si estás queriéndome no lo digas
ni lo sugieras,
que en cada gesto quiero sentirte,
si estás pensando si te querré,
tú piensa, no te lo haré saber,
aunque mis ojos sí te lo digan.

No tengo prisa,
pero corriendo mi sangre grita
en un ejército de caricias
que están deseosas por disparar,
ya no se aguantan.
Mira, quiero invitarte al balcón del sueño,
tú eres mi estrella, yo tu universo,
no pido el beso y tú me lo das,
y es mi alegría.

Si tienes tiempo, dame un segundo,
dos, tres,
en tu segundo yo paro el tiempo.
Si tienes miedo de la verdad,
no te podrás librar
si se desata el sentimiento.

Aprieta el peso y afloja el miedo, mujer,
agárrate y suelta tus instintos,
mira el destello en mi corazón,
pues quien me mira lo provocó,
porque es la dueña de mis latidos.

No tengo prisa,
pero corriendo mi sangre grita
en un ejército de caricias
que están deseosas por disparar,
ya no se aguantan.
Mira, quiero invitarte al balcón del sueño,
tú eres mi estrella, yo tu universo,
no pido el beso y tú me lo das,
y es mi alegría, amor.

No, no, no, no tengo prisa...
No, no, no, no, no tengo prisa,
pero corriendo mi sangre grita
en un ejército de caricias
que están deseosas por disparar,
ya no se aguantan.
Mira, quiero invitarte al balcón del sueño,
tú eres mi estrella, yo tu universo,
no pido el beso y tú me lo das,
y es mi alegría, amor.

Y es mi alegría, amor.
Y es mi alegría, amor.