Artista

Joaquín Sabina

YO MI, ME CONTIGO

1996

11 SEIS DE LA MAÑANA


Son casi las 6 como cada mañana y cabeza me da vueltas de campana.
La vida huele aserrín y a sueldo de camarero y las demás blasfemias me las dejo en el tintero.
Y desafina un nido de ruiseñores, pero tú tranquila ya vendrán tiempos peores.
Y se deshace la coartada de la noche, señor juez;
y lloran las recién casadas condenadas a saber,
y en callejones sin salida se suicida un acordeón.
Y a la mecánica del rocanrol del despertador llamando a cumplir la ley
y yo poniéndo el jersey con ganas de perder el tren
de las 6 de la mañana (no pienso levantarme esta semana)
Ding-dong, las 6 de la mañana; (el astro rey nos ha salido rana)
Otro domingo y otro lunes más que agoniza y otro martes y otro miércoles de ceniza;
así que si te cruzas guapa, por mi camino, no pises mis zapatos de gamuza azul marino.
Y las ovejas descarriadas trasquiladas al redil;
y el virus de la madrugada corta como un bisturí
y en hospitales sin memoria escayolan a un corazón
en el quirófano del rocanrol del despertador llamando a cumplir la ley,
y yo quitándome el jersey sin demasiadas ganas de vivir
a las 6 de la mañana (no pienso levantarme esta semana).
Malditas 6 de la mañana; (el astro rey nos ha salido rana).
Padre nuestro que estás en los hoteles de paso, en las ojeras, en las sábanas y en los vasos.
Son las 6 y nunca de la mañana:
cuando se pican los que ya no tienen nada que rascar (a las 6 de la mañana);
y se desvelan los que lo han soñado casi todo ya (a las 6 de la mañana);
y las ovejas descarriadas tarsquiladas al redil (a las 6 de la mañana);
y el beso de la madrugada escuece como un bisturí (a las 6 de la mañana);
y los carteros sólo dejan propaganda en el buzón (a las 6 de la mañana);
y los políticos estrenan la sonrisa de almidón (a las 6 de la mañana);
y se desdice la coartada de la noche señor juez (a las 6 de la mañana);
y las esposas engañadas se acostumbran a perder (a las 6 de la mañana);
y sol cobarde de las tardes tarda siglos en morir (a las 6 de la mañana);
y los semáforos al rojo mal de ojo de Madrid (a las 6 de la mañana);
y se afeitan los que nunca tienen nada que soñar (a las 6 de la mañana).