ROMANCERO GITANO DE FEDERICO GARCIA LORCA
1998
10 LA COGIDA Y LA MUERTE
A las cinco de la tarde
eran las cinco en punto de la tarde
Un niño trajo la blanca sábana
a las cinco de la tarde
una espuerta de cal ya prevenida
a las cinco de la tarde
lo demás era muerte y sólo muerte
a las cinco de la tarde
El viento se llevó los algodones
a las cinco de la tarde
y el óxido sembró cristal y níquel
a las cinco de la tarde
Ya luchan la paloma y el leopardo
a las cinco de la tarde
y un muslo con un asta desolada
a las cinco de la tarde
Comenzaron los sones de bordón
a las cinco de la tarde
las campanas de arsénico y el humo
a las cinco de la tarde
En las esquinas grupos de silencio
a las cinco de la tarde
y el toro solo corazón arriba
a las cinco de la tarde
Cuando el sudor de nieve fue llegando
a las cinco de la tarde
Cuando la plaza se cubrió de yodo
a las cinco de la tarde
la muerte puso huevos en la herida
a las cinco de la tarde
a las cinco de la tarde
a las cinco en punto de la tarde
Un ataúd con ruedas es la cama
a las cinco de la tarde
huesos y flautas suenan en su oído
a las cinco de la tarde
El toro ya mugía por su frente
a las cinco de la tarde
El cuarto se irisaba de agonía
a las cinco de la tarde
a lo lejos ya viene la gangrena
a las cinco de la tarde
Trompa de lirio por las verdes ingles
a las cinco de la tarde
las heridas quemaban como soles
a las cinco de la tarde
y el gentío rompía las ventanas
a las cinco de la tarde
Ay qué terribles cinco de la tarde
eran las cinco las cinco de la tarde
Eran las cinco en todos los relojes
eran las cinco en sombra de la tarde.