Artista

Joaquín Sabina

HOTEL, DULCE HOTEL

1987

6 AMORES ETERNOS

Desnuda se sentía igual que un pez en el agua,
vestirla era peor que amortajarla;
inocente y perversa como un mundo sin dioses,
alegre y repartida como el pan de los pobres.

No quise retenerla,
¿de qué hubiera servido deshacer las maletas del olvido?.

Pero no sé qué diera por tenerla ahora mismo
mirando por encima de mi hombro lo que escribo.

Le di mis noches y mi pan, mi angustia, mi risa,
a cambio de sus besos sin su prisa;
con ella descubrí que hay amores eternos
que duran lo que dura un corto invierno.

Conservo un beso de carmín
que sus labios dejaron impreso
en el espejo del lavabo,
una foto amarilla, un corazón oxidado,
y esta sed del que añora la fuente del pecado.

Antes que la carcoma de la vida cotidiana
acabará durmiendo en nuestra cama,
pagana y arbitraria como un lunes sin clase se fue de madrugada,
no quiso ser de nadie.

Le di mis noches y mi pan, mi angustia, mi risa,
a cambio de sus besos sin su prisa;
con ella descubrí que hay amores eternos
que duran lo que dura un corto invierno.