EL LOCO DE LA GUERRA
1992

6 LOS VIEJOS OLVIDADOS
Hoy quiero hablar con vos, cachorro mío,
apretando tus manos que se agrandan.
Las mariposas de tus ojos me preguntan
y en el andén del corazón busco palabras.
Siempre fuimos los dos tan confidentes,
que el lenguaje de tu alma y de la mía,
nos sorprendió en siestas de sol sembrando sueños,
y recogiendo del cordel, mil fantasías.
Hoy estuve de paso con mis versos,
en una casa sin el ruido de vajilla.
Sin el llanto de un niño, sin la risa de un niño,
donde se pone a la vejez o se la archiva.
Si vieras hijo, qué tristeza de fragancia,
el perfume del jazmín y la arvejilla.
Cuantos ojos jubilados de alegría.
Cuanta ausencia del nieto en las rodillas.
Quiero decirte hijo, que no caigas
jamás, en mezquindades tan marcadas.
Que los abuelos olvidados, se nos quedan
prendidos de la mano de la infancia.
Y si algún día molesto tus urgencias
y no razono más, o estoy cansado.
Tenme paciencia hijo, no me dejes
en un archivo de recuerdos, olvidado.
Hoy estuve de paso con mis versos,
en una casa sin el ruido de vajilla.
Sin el llanto de un niño, sin la risa de un niño,
donde se pone a la vejez o se la archiva.
Si vieras hijo, qué tristeza de fragancia,
el perfume del jazmín y la arvejilla.
Cuantos ojos jubilados de alegría.
Cuanta ausencia del nieto en las rodillas.