Damián Córdoba

No fue casualidad, estabas dormida,
entre sueños dijiste el nombre de él.
Un papel, una dirección con la hora indicada.
Decido esperar el momento y descubrirte con quién me engañas.
Un beso y adiós, enseguida vuelvo,
tú me dijiste, te quiero mi amor.
Esta bronca que me domina y va a desangrarme.
Me doy con ese papel maldito,
abro la puerta y los encontré a los dos.

Vete con él, vete con él,
cómo imaginarlo, que aquel que me engañaba era mi hermano.
Vete con él, vete con él,
esta absurda burla del amor que me hace tanto daño.
Vete con él, vete con él,
cómo imaginarlo, que aquel que me engañaba era mi hermano.
Vete con él, vete con él,
mi hermano del alma, y mi novia infiel.

Un abrazo y adiós, ya nunca regreses,
esto es para siempre, no me pidas perdón.
Me involucraste a este juego, qué mala decisión.
Justo a tiempo me di cuenta de este engaño,
abrí la puerta y los encontré a los dos.

Vete con él, vete con él,
cómo imaginarlo, que aquel que me engañaba era mi hermano.
Vete con él, vete con él,
esta absurda burla del amor que me hace tanto daño.
Vete con él, vete con él,
cómo imaginarlo, que aquel que me engañaba era mi hermano.
Vete con él, vete con él,
mi hermano del alma, y mi novia infiel.

Vete con él, vete con él,
cómo imaginarlo, que aquel que me engañaba era mi hermano.
Vete con él, vete con él,
esta absurda burla del amor que me hace tanto daño.
Vete con él, vete con él,
cómo imaginarlo, que aquel que me engañaba era mi hermano.
Vete con él, vete con él,
mi hermano del alma, y mi novia infiel.