Violeta Parra sigue vive en la memoria latinoamericana

Es imposible no emocionarse al mencionar el nombre Violeta Parra. Sensibilidad, carisma, amor por la vida, conciencia social, creación, poesía, son algunos de los conceptos asociados a su persona.

El 4 de octubre de 1917 nacía una niña llamada Violeta del Carmen Parra Sandoval, más conocida como Violeta Parra en San Fabián de Alico, una comuna al sur de Chile.

Violeta fue una artista completa: pintora, bordadora, ceramista, escultora, poetisa, cantora y compositora, fiel divulgadora del folklore campesino de su tierra y tenaz investigadora.

En el seno de una familia con muchas dificultades económicas, Violeta inicio su trayectoria musical a los 8 años cuando comenzó a tocar la guitarra. A muy temprana edad realizó sus primeras composiciones. Cuando tenía 14 años, su padre falleció y Violeta viajó a Santiago de Chile en donde estaba su hermano Nicanor en busca de un mejor pasar. Allí se casó, tuvo a sus hijos y comenzó su carrera profesional.

En 1947 se juntó con su hermana Hilda y crearon el dúo de folklore Las Hermanas Parra con el cual comenzaron a trabajar. Con ella edito sus primeros sencillos de músicas populares chilenas, pero unos años después el dúo se disolvió.

Hacia 1950, Violeta comenzó un arduo trabajo de investigación recopilatorio que sentaría las bases de su obra más adelante. Fue su hermano Nicanor quien la insto a asumir con personalidad propia la defensa de la auténtica música chilena, Violeta se adentró en los campos chilenos para descubrir los valores de la identidad nacional como nunca se había hecho antes. Toda esta labor quedó plasmada en las más de 3 mil canciones reunidas en su obra “Cantos folclóricos chilenos” y en los primeros discos que editó.

A lo largo de su vida creo canciones como “Casamiento de negros”, “Yo canto a la diferencia”, “Run Run se fue pa’l norte”, “Gracias a la vida” y “Volver a los 17” que hoy son conocidos en toda América y en el mundo, y que su vez, son referentes de muchos artistas que se dedican al folklore latinoamericano.

Temas como “Qué dirá el Santo Padre” o “Arauco tiene una pena” mostraron la fuerza más combativa de Violeta y formaron junto a otros músicos del momento como Victor Jara, Patricio Manns y el grupo Inti Illimani la base de la corriente musical conocida como la ”Nueva Canción Chilena“.

Su decena de discos y sus canciones, no solo tienen letras profundas que demuestran la sensibilidad de la artista, sino que también denuncian y evidencian las injusticias cometidas en contra del pueblo y defienden los derechos, la cultura, las identidades y los modos de vida de las clases populares chilenas, incluyendo a los pueblos originarios.

Violeta además no quiso seguir los estereotipos del mundo moderno. Ella se presentó ante la gente tal como era en un época que exigía a la mujer mostrarse sensual y atractiva. Tal como detalló su hijo Ángel en una entrevista: “Lo que ella hizo fue tomar la guitarra y empezar a cantar sin preocuparse de los atuendos, sin maquillaje y sin adoptar una pose exterior de figura “folclórica” al uso oficial. Y dándole una presencia protagónica en el canto a la mujer, porque hasta ese momento los conjuntos eran predominantemente masculinos. Si algún día alguna mujer se dedica a estudiar el proceso de liberación femenina en Chile, tendrá que tomar en cuenta el rol de Violeta Parra en ese momento histórico. No porque haya teorizado o escrito artículos sobre el tema, sino por su actitud”.

Violeta, una mujer incomprendida que dejo un legado único. Su recuerdo siempre tendrá como eje la fuerza, el coraje y el poder de la voz femenina que se alza en contra de los estereotipos y los paradigmas preestablecidos. Violeta, una voz que sigue viva en cada célula de la música latinoamericana y en el día de su cumpleaños merece un especial reconocimiento por todo lo que nos ha dado.