Grupo Trinidad

Es verdad señora que su hija
tiene un amor importante.
Ha pasado el tiempo y su nena
suele regresar muy tarde.
No hay que preocuparse
por lo que la gente trata de informarle,
eso suena a cuento que de casa en casa
llevan las comadres.

Es verdad señora que le cuesta
verla levantar el vuelo,
si hasta no hace mucho, apenas
se alzaba a una cuarta del suelo.
Libros bajo el brazo, tarareando
siempre la canción de moda,
ya no tiene penas, eso forma
parte de una vieja historia.

Es una señorita, señora, señora,
es una señorita.
El sábado de baile señora,
y el domingo a misa.
Es una señorita, señora, señora,
es una señorita.
Usted le dio confianza, señora,
para enfrentar la vida.

Es verdad señora que su hija
es un poco independiente,
pero si le dice vengo de tal parte,
seguro no miente.
Aún es una mezcla de inseguridad
y de rodillas flacas,
con el pelo suelto, con el sueño largo
y el mirar sin trampas.

Es verdad señora, que al mirarla
puede sentirse orgullosa,
y de su inocente juventud
saberse un poco celosa.
Pero cuando llora por aquel problema
que es una zoncera,
vuelve a ser la niña que acunó
en sus brazos, siendo muy pequeña.

Es una señorita, señora, señora,
es una señorita.
El sábado de baile señora,
y el domingo a misa.
Es una señorita, señora, señora,
es una señorita.
Usted le dio confianza, señora,
para enfrentar la vida.