Andrés Calamaro

Entre las dos no sumaban ni siquiera mi edad,
las hermanas mellizas Victoria y Soledad,
son el santo grial del rock and roll animal,
no son una fantasía y son una en realidad.

Una sola vez vi juntas a Victoria y Soledad,
y nos dimos un gran beso en honor a la verdad,
parecía la canción de Randy Newman sin la coca,
las dos eran demasiado pero una no era poca.

Oh, ioh, ioh, ioh, ioh, ioh,
ah, ah, ah, ah.

Y frente al mar voy a recordar lo que no fue,
pero espero encontrarlas otra vez alguna vez.
Casi las tuve en un abrazo a las dos,
pero no hubo lugar para el amor de a tres.

Oh, ioh, ioh, ioh, ioh, ioh,
ah, ah, ah, ah.

No tengo corazón pero te digo la verdad,
las mellizas eran lo mejor de la ciudad.
Hubiera sido lo más triple que se puede pedir,
no basta con vivir, quiero mi parte de Victoria y Soledad.

Estoy buscando algo que no voy a encontrar,
a Victoria y Soledad cuando se van.
Un año de Victoria y Soledad.
Un año de Victoria y Soledad.
Un año.

Victoria y Soledad, filosofía y realidad,
las amé por separado pero juntos somos más.
Otra lección que la vida me dio otra vez,
éramos tres, Victoria, Soledad y yo.

Éramos tres, Victoria, Soledad y Andrés.
Éramos tres, Victoria, Soledad y Andrés.
Éramos tres, Victoria, Soledad y Andrés.
Éramos tres, Victoria, Soledad y Andrés.
Y yo.
Éramos tres, Victoria, Soledad y Andrés.
Y yo.
Éramos tres, Victoria, Soledad y Andrés.
Éramos tres, Victoria, Soledad y Andrés.
Y yo.
Éramos tres, Victoria, Soledad y Andrés.
Sol re dan.