Caballeros de la Quema

Saliendo a ver, saliendo a ver,
saliendo a ver qué pasa en el barrio.
Saliendo a ver, saliendo a ver,
saliendo a ver qué pasa en el barrio.

Día de gloria para el vecino que estrena el 505,
sale a pisarlo, a comerle la cara al sol.
Pero la suerte, a veces, da mate sin bombilla,
le cruza un curda dormido y lo estampa contra un camión.

Saliendo a ver, saliendo a ver,
saliendo a ver qué pasa en el barrio.

El Pelado, que está hasta las manos, se puso las pilas:
labura diez horas corridas en el corralón.
Junta un billete para mandar a su novia de 15 al cuchillo,
y ella no liga, anoche tejió su primer escarpín.

Y los porteros baldeando por no llorar,
la pizzería que no fía más,
un Mini Messi en algún potrero,
y una pared que le pide a un amor:
"Perdón, no te vayas".

Y no hay caso, el hijo del cana repite de nuevo,
siete a marzo, el viejo se entera y le arruina los huesos.
Va hasta el galpón, se mete una 9 en la boca,
y de golpe se llena la siesta de sangre y dolor.

Saliendo a ver, saliendo a ver,
saliendo a ver qué pasa en el barrio.
Saliendo a ver, saliendo a ver,
saliendo a ver qué pasa en el barrio.

Y los domingos de tuco y de cancha,
y el almacén que se cae y se cae.
Nenas que crecen, viejos que palman,
y una pared que le grita a un amor:
"No puedo olvidarte".

Saliendo a ver, saliendo a ver,
saliendo a ver, saliendo a ver.
Saliendo a ver.