Artista

Sandro

RECIÉN AYER (MI VIDA, MI MÚSICA)

2003

2 MI CASA

Me crié en una casa de inquilinato, léase conventillo, bah! Llotivenco!
Donde cada familia tenía su pieza y su cocina; el baño, eso sí, era comunitario
Es decir, había uno sólo para toda la casa, con algunos vidrios rotos
Donde había que tapar los huecos con papel de diario en invierno
Para que no se colara el frío; el inodoro sin tapa, la descarga a cadena
Y minga! el agua caliente, te la tenías que llevar vos, la cosa era así:
Primero, avisabas que te ibas a bañar; segundo, tapabas lo ahujeros como dijimos;
Tercer, metías el Primus, que era un calentador a kerosén, de bronce,
Que las señoras del Llotivenco mantenían lustrado como si fuera el sable de San Martín,
Para darse dique con las otras a la hora de calentar la pava para el mate, ay! Dios mío;
Como dije metías el Primus y te llevabas una ollita con agua caliente,
el jabón, la toalla y un jarrito,
primero, te mojabas la cabeza con uno o dos jarritos de agua, tratando de usar poco agua,
te enjabonabas bien y después te volcabas y el cuerpo lo que había quedado en la ollita,
que ya a esa altura ya se había enfriado un poco. Que maravilla, Dios mío, que maravilla!
Bueno, maravilla si no era que alguien por necesidad y urgencia te copaba el baño. Punto y aparte.
Y el otro lamento comunitario era el piletón, una sóla canilla para toda la casa;
Un señor se lavaba los pies, detrás una señora esperaba para colar los fideos,
Más atrás uno quería lavar el pincel lleno de pintura al aceite,
Y el que lo seguía era otra señora que quería poner a enjuagar y dejar en agua
Su ropa de cama con azul blanqueador, increíble, ni Fellini
Pero el conventillo de alguna manera nos unificaba, era como otra habitación de esa gran casa que era el barrio, con los pibes jugando en la calle, de ahí que siempre he dicho,
Que yo fui un pibe callejero, no un pibe dela calle.
En verano los vecinos tomando el fresco en la vereda, con su silla o hamaca, mateando,
Discutiendo sobre fútbol o política, ellos y ellas, sobre los escotes de la Lolobrighida, la descarada esa;
Luego una trampa que otra que se chismeaba por el barrio.