Santiago Cruz

Yo llegué hasta aquí después de caminar
en círculos y algo perdido,
tú llegaste a mí sin ganas de volver
a oír lo mismo que te han prometido.

Hastiado sin saber porqué,
cuando has bebido sin creer,
no hay agua que quite la sed.

Yo llegué hasta aquí dejando rastros
de mi piel en todo el recorrido.

Vamos de cero, sin preguntas,
sin reproches, sin “te quieros”.
Vamos de cero, que no importe
entre los dos quién va primero.
Vamos de cero, sin preguntas,
sin reproches, sin “te quieros”.
Vamos de cero, que no importe
entre los dos quién va primero.

Tú llegaste así, sin avisar,
y como ves, tu puesto está servido.
Tantas veces nos metimos entre el fuego
y al final tan sólo quedó el frío.

Quebrándonos y ya sin fe,
gritemos de una buena vez,
quizás saciemos esta sed.

Vamos de cero, sin preguntas,
sin reproches, sin “te quieros”.
Vamos de cero, que no importe
entre los dos quién va primero.
Seamos sinceros, levantemos nuestros duelos,
que un poquito de ilusión no está de más.
Vamos de cero, no hay porqué mirar atrás.

Vamos de cero, sin preguntas,
sin reproches, sin “te quieros”,
(oh, sin “te quieros”).
Vamos de cero, que no importe
entre los dos quién va primero,
(oh, quien va primero).
Vamos de cero, sin preguntas,
sin reproches, sin “te quieros”,
(te quiero).
Vamos de cero, que no importe
entre los dos quién va primero
(ah, quien va primero).
Vamos de cero, no hay porqué mirar atrás.

Vamos de cero, no, sin te quieros.