Roberto Carlos

Tanto tiempo ya va caminando
y me detengo a contemplarlo,
tantas penas que, el pañuelo
tuve que cambiar más de una vez.

Tengo marcas que nacieron
de tanto reírme con los años,
y tengo los recuerdos más bonitos
escondidos en mi pie.

Quién creería que tú llegarías
como acto de magia,
como si aún no es tarde para enamorarse.

Llegaste,
pusiste en mi boca un “te quiero”,
como un dulce con caramelo,
necesitaba un amor del bueno.
Llegaste,
dijiste pues, “claro que quiero”,
para enamorarse no hay tiempo,
necesitaba un amor del bueno.

Ahora que perdono mis errores
puedo ver todo más claro,
ahora que el silencio mi acaricia
y se fue la soledad.

Llegas con una sonrisa puesta,
iluminas mis espacios,
tú llegas y me dices al oído:
“quédate una noche más”.

Quién creería que tú llegarías
como acto de magia,
como si aún no es tarde para enamorarse.

Llegaste,
pusiste en mi boca un “te quiero”,
como un dulce con caramelo,
necesitaba un amor del bueno.
Llegaste,
dijiste pues, “claro que quiero”,
para enamorarse no hay tiempo,
necesitaba un amor del bueno.

Quién creería que tú llegarías
como acto de magia,
como si aún no es tarde para enamorarse.

Llegaste,
pusiste en mi boca un “te quiero”,
como un dulce con caramelo,
necesitaba un amor del bueno.
Llegaste,
dijiste pues, “claro que quiero”,
para enamorarse no hay tiempo,
necesitaba un amor, un amor.

Llegaste,
pusiste en mi boca un “te quiero”,
como un dulce con caramelo,
necesitaba un amor del bueno.