CORAZONES AMPUTADOS
2011
12 DE CERO
Soltaste las riendas antes de dejarme ver
todo lo que podía perder.
Fui testigo mudo del más triste amanecer,
contemplé los restos que dejó la tempestad,
sin más.
Dimos por escrito el libro antes de empezar,
bajó la marea y pudimos respirar.
Centinelas de un milagro de fragilidad,
silencios que aprenden a escuchar
y dar.
Un precio muy alto para renunciar,
un costo muy alto para olvidar.
No habrá nada más porqué pelear
si no estás, no.
Un precio muy alto para renunciar,
un costo muy alto para olvidar.
No habrá nada más porqué pelear
si no estás, no.