Horacio Guarany

Yo no pertenezco a nadie
ni me enredo en ningún credo
hago el bien en donde puedo
y siempre fui como soy
compañeros les repito
en la fibra de mi nombre
conservo un poquito de hombre
aunque ya viejazo estoy

Siempre pulsé la guitarra
para cantarle al trabajo
mi verso es como un badajo
de la campana social
que despierten los sentidos
del humilde jornalero
al empleado, al barrendero
lo mismo que al peón rural

En mi larga vida bohemia
hice yunta con el pobre
si ganamos un cobre
nos partimos por igual
yo le canto a los que vuelven
con la maleta vacía
después de andar todo el día
sin conseguir un jornal

El aplauso no me alegra
ni me entristece el silbido
no tengo un don de despido
ni de espíritu febril
me honra más cuando me aplaude
un sólo amigo consciente
que cuando en humano ambiente
a gritos me aplauden mil

Yo duermo toda la noche
con mi serena armonía
convencido que, en el día,
no hice ninguna maldad
me levanto dispuesto
a serle útil a cualquiera
yo no le pongo barreras
a la solidaridad

Yo como el pan con más gusto
en la bolsa de un linyera
que aquel manjar que comiera
en la mesa de un gandul
hago yunta y sigo viaje
con la familia argentina
de bombacha campesina
y de pantalón azul

Por eso no valgo nada
entre la sencilla criolla
quizás sea, entre las joyas
un diamante sin pulir
la humilde fama que tengo
la he conseguido escribiendo
juzgando, difundiendo
y, siempre, haciéndome oír

Yo no escribo rebeldías
para cantar escondido
por eso he sido leído
y aquí se me oye cantar
si la rebeldía se esconde
es reliquia de museo
mi canción es de arte feo
pero es grito popular.