Horacio Guarany

Abel Fleury, padre nuestro
de las cuerdas argentinas
hoy mi guitarra se empina
para alargar todo el hueco
porque reniego y protesto
de que ya no estés aquí
gaucho hermano, Abel Fleury
guitarrero de los de antes
por más que cante el que cante
nunca me olvido de ti

Milongueos del ayer
al sol me lo están cueriando
y oigo que están regresando
mi querido hermano, Abel
mi guitarra sangra en él
y siento gemir la pampa
me echo en la espalda una manta
monto mi potro en un grito
me pierdo en el infinito
como abrazando su estampa

Si Abel Fleury no estaría
con su guitarra en el cielo
aquí, en mi argentino suelo,
otro canto cantaría
pero vive, quién diría
que Abel Fleury se nos fuera
pues si conmigo estuviera
en este mismo momento
lanzaríamos al viento
vamos patria! todavía

Toda su sabiduría
de hombre entero, dende veras
en su guitarra campera
volcaba con alegría
toda la provincianía
vibraba en su corazón
de la tranquera al fogón
su guitarra se hace astillas
como un gaucho de rodillas
rezaba su perico

No merece mi perdón
quién ignore a Abel Fleury
gracias a él conocí
lo que es nuestra tradición
por eso, en el diapasón
de mi guitarra argentina
les dejo la cristalina
pasión de mis sentimientos
que nunca borren los vientos
su guitarra campesina