Artista

Los Fabulosos Cadillacs

NUEVAS CANCIONES

Los Fabulosos Cadillacs volvieron al estudio de grabación y registraron su nueva obra conceptual “La Salvación de Solo y Juan”.



Llegó la esperada vuelta discográfica de Los Fabulosos Cadillacs.
Parece una especie de catarsis, el cierre de una historia triste, pero esperanzadora. Y triste de nuevo.
Parece que cada personaje de este cuento se adueña de una canción y habla en primera persona; muestra su punto de vista.
Dos hermanos que tienen un asunto sin resolver con su padre y su infancia.

“El Fantasma”, “La Tormenta”, “No Era Para Vos” y “Navidad” son las cuatro canciones que se conocieron hoy, 22 de abril, como adelanto de “La Salvación de Solo y Juan” (Primer Acto), la nueva obra conceptual de la banda de la legendaria banda nacional.

Lo de “Primer Acto” en el título nos hace pensar en posteriores entregas que posiblemente formarán parte de una antología.

Simplemente imperdible.

No repitas más
“porqué somos tan distintos”,
así comenzó la discusión.

Me enseñaste desde chico
a entenderlo a papá,
que bailaba en la cornisa fantasmal.

No era para vos, no era para vos,
ese golpe era para él.
No era para vos, no era para vos,
rebalsar, rebalsar y creer.
No va a suceder.
No va a suceder.

La salvación de mi propio mundo,
la salvación de tu propio mundo.
La salvación de mi propio mundo.

Decime que no,
que no somos tan distintos,
entre el infierno y aquel mar.

Deberíamos enfrentarnos
a nuestro propio abismo,
el abismo que declina entre los dos.

No era para vos, no era para vos,
ese golpe era para él.
No era para vos, no era para vos,
rebalsar, rebalsar y creer.
No va a suceder.
No va a suceder.

La salvación de mi propio mundo,
la salvación de mi propio mundo.
La salvación de mi propio mundo,
la salvación de mi propio mundo.
De mi propio infierno,
de tu propio infierno.
De mi propio infierno.

La salvación de mi propio mundo,
la salvación de mi propio mundo.

De mi propio infierno,
de tu propio infierno.
De mi propio infierno.

Soy un fantasma,
un alma en pena que vive flotando,
que vaga por el cielo y va buscando
un cuerpo para poder descansar.
Soy un fantasma,
un alma en pena que vive flotando,
que vaga por el cielo y va buscando
un cuerpo para poder descansar.

No tengo cuerpo, no tengo casa ni mujer,
no tengo manos, no tengo nada que perder,
estaba vivo y Él me señaló,
tocó mi cuerpo y me despidió.

Me caí muerto y dije chau, chau, chau,
salí volando por arriba del mar,
no tengo ojos pero te puedo ver,
pasé del otro lado y ya no me puedo volver.

Soy un fantasma,
un alma en pena que vive flotando,
que vaga por el cielo y va buscando
un cuerpo para poder descansar.
Soy un fantasma,
un alma en pena que vive flotando,
que vaga por el cielo y va buscando
un cuerpo para poder descansar.

Cuando era chico, yo era bailarín,
sigo bailando en este mundo sin fin.
Un sentimiento vaga por la eternidad,
estoy aquí, estoy allá.

Soy del ayer, soy del mañana,
la gente tiene miedo porque soy un fantasma.
Un bailarín,
cuando vivía yo era el rey del swing.

Soy un bailarín,
en este mundo sin fin,
rey del swing.

Soy un fantasma,
un alma en pena que vive flotando,
que vaga por el cielo y va buscando
un cuerpo para poder descansar.

Sueño que te abrazo,
y no quiero despertar.

Soy del ayer, soy del mañana,
la gente me tiene miedo porque soy un fantasma feo.
Pero igual te veo, yo te veo.

Hay en tu rostro una mueca mortal,
a veces se quema y se vuelve a dibujar,
el tiempo estaba malo, dijiste,
solo, mi hermano, en la oscuridad.

Tan fría tu mirada, nos revela que
de chicos nos dejabas en aquel temporal,
suenan tus pasos, la cornisa,
el ritmo fantasmal.

Más allá, la tormenta,
más allá de la nada.

Sientes, hermano, la necesidad,
antes que la culpa reclame su lugar,
sentados en el faro dijiste:
“le aterra mirar hacia el mar”.

El rayo en tu mano,
el trueno en tu cara,
el diablo en tu mano,
el diablo en tu cara.

Más allá, la tormenta,
más allá de la nada.

Más allá, la tormenta,
más allá de la nada.
Más allá, la tormenta,
más allá de la nada.

En la cornisa te vemos bailar,
límite mortal cada paso que das,
con asustarse no alcanza,
quietos en el faro y que todo pase ya.

El diablo en tu mano,
el diablo en tu cara,
el rayo en tu mano,
diablo en tu cara.

Más allá, la tormenta,
más allá de la nada.

Solo y Juan frente al espejo
ven su vida en soledad,
el silencio en su padre
es como el mar, como el mar.

Una puerta que se abre
y ve la luz de navidad,
nadie se habla en esa mesa,
ya no hay nada, nada más.

Brilla en el espejo
una luz que es el final.
No tenemos miedo,
porque es pura.

Nona, vamos, prende el faro,
la tormenta va a llegar.
Tengo miedo que te caigas
cuando empieces a bailar.

Solo y Juan, frente al espejo,
ven su vida en soledad.
El silencio de su padre
es como el mar, como el mar.

Brilla en el espejo
una luz que es el final.
No tenemos miedo,
porque es pura.
Brilla en el espejo
(“Pasála”)
una luz que es el final.
(“¿Hacemos una carrera hasta el faro?”)
No tenemos miedo,
porque es pura.