Artista

Alejandro Sanz

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1997

4 SIEMPRE ES DE NOCHE

Cuéntame cómo va cayendo el sol
mientras hablas pensaré:
“qué guapa estás, qué suerte ser
la mitad del cuento de un atardecer
que observo al escucharte,
porque mis ojos son tu voz”.

Acércate, que cuando estemos piel con piel,
mis manos te dibujarán,
tu aroma me dirá tu edad.
Junto a ti, unidos sin saber porqué,
seguramente se me note
el resplandor de una ilusión.
Porque a tu lado puedo olvidar...

que para mí siempre es de noche,
pero esta noche es como un atardecer,
si logras que a la vida me asome,
tus ojos sean los que brillen.
Y la luna, que la borren,
que en mi eterna oscuridad
el cielo tiene nombre, tu nombre,
qué no daría yo por contemplarte
aunque fuera un solo instante.

Hace frío, es tarde y tienes que volver,
que hay alguien que te espera, seguro,
una vez más el tiempo se nos fue.
¿Volverás? Dime si mañana volverás
como lo has hecho cada tarde,
ir a contarme cómo muere el día.

Y se marchó, ella se alejó de él,
pero, como en las cartas “dos puntos, posdata”,
se me olvidaba, no me presenté.
Sólo fui testigo por casualidad,
hasta que de pronto, él me preguntó:
“¿Era bella, ¿No es verdad?”.
“Más que la luna” dije yo y él sonrió.

Nunca más se hará reproches
por intentar amanecer,
no volverá a perderse en la noche,
porque su alma hoy brilla con más fuerza
que un millón de soles
pero, en su eterna oscuridad,
a veces se le oye a voces:
“Qué no daría yo por contemplarte,
aunque fuera un solo instante”.

... Por intentar amanecer,
no volverá a perderse en la noche,
porque su alma hoy brilla con más fuerza
que un millón de soles
pero, en su eterna oscuridad,
a veces se le oye a voces:
“Qué no daría yo por contemplarte,
aunque fuera un solo instante”.
Qué no daría yo por contemplarte,
aunque fuera un solo instante.