Cristóbal Repetto

Silbar, andar, silbar nomás,
salir al alba a recorrer:
así es la vida del puestero
trajín hasta el anochecer…
Hasta que la vida lo viene a arrumbar,
no le queda nada más que aquel silbar…

Calor, heladas, cerrazón,
potreros, pampa, inmensidad.
Salir campeándolo al lucero,
volver a media claridad…
Y andar con los perros y con la majada,
dele y siempre dele chúmbale y silbar…

Así, es nomás, compañero,
como lo vengo pasando.
A viejo habré de llegar,
pobre nomás y silbando…

Poblar, cuidar, tener mujer,
alzar un rancho y esperar,
mirar crecer a los muchachos
que puesteros también serán…
Ir por los corrales, campo, cielo y monte;
es la vida criolla dura de pelar…

Tener siquiera por lucir,
un pingo para dominguear.
Largarse luego en la guitarra
alguna pena a remediar…
Y si acaso llueve, mate amargo adentro
y allá, campo afuera, viento y temporal.

Así, es nomás, compañero,
como lo vengo pasando.
A viejo habré de llegar,
pobre nomás y silbando…