Artista

Amaia Montero

NACIDOS PARA CREER - SINGLE

2018

1 NACIDOS PARA CREER

Vi quien encuentra raro
que a los 40 no este casada,
pocos me han desnudado,
muchos me hacen la cama.

Otros juran que bebo
y que en persona no valgo nada,
que hace dos o tres tallas
que no entro en mis vaqueros.

Y a veces me dan ganas
de volverme y decir:

Si tú no sabes nada de mí,
ni dónde ni con quién ni cuándo,
si cuelgo a Dios o al diablo en la pared,
a qué me atreví o qué nunca haré.
¿A cuánto vendes tú la verdad?
¿Quién te dio vela en este entierro?
No busco un clavo ardiendo y, si miro atrás tú no estás ahí
con los que pondrán la mano en el fuego por mí.

Nadie conoce a nadie,
mucho no entienden en lo que saben,
o afilan un puñal
en cada pedestal.

¿Dónde están los que ayudan?
¿Quién es el feo, el bueno y el malo?
¿Cuál de los doce es Judas?
¿Quién durmió al otro lado?

¿Quién dijo no y quién sí?
¿A quién voy yo a decir?

Si tú no sabes nada de mí,
ni dónde ni con quién ni cuándo,
si cuelgo a Dios o al diablo en la pared,
a qué me atreví o qué nunca haré.
¿A cuánto vendes tú la verdad?
¿Quién te dio vela en este entierro?
No busco un clavo ardiendo y, si miro atrás tú no estás ahí
y nunca estarás.

Los míos nunca bajan los brazos,
los míos saltan cuando yo salto,
los míos van a estar a mi lado igual
si me hago un tres, que si escondo un As.

Por ellos yo me tiro a la lona,
por ellos aún da vueltas la noria,
por eso es que he nacido para creer,
que morir de amor es vivir de pie.

Si tú no sabes nada de mí,
ni dónde ni con quién ni cuándo,
si cuelgo a Dios o al diablo en la pared,
a qué me atreví o qué nunca haré.
¿A cuánto vendes tú la verdad?
¿Quién te dio vela en este entierro?
No busco un clavo ardiendo y, si miro atrás tú no estás ahí
y nunca estarás.

Si tú no sabes nada de mí,
ni dónde ni con quién ni cuándo,
si cuelgo a Dios o al diablo en la pared,
a qué me atreví o qué nunca haré.
¿A cuánto vendes tú la verdad?
¿Quién te dio vela en este entierro?
No busco un clavo ardiendo y, si miro atrás tú no estás ahí
ni nunca estarás.

Si tú no sabes nada de mí,
ni dónde ni con quién ni cuándo,
si cuelgo a Dios o al diablo en la pared,
a qué me atreví o qué nunca haré.
¿A cuánto vendes tú la verdad?
¿Quién te dio vela en este entierro?
No busco un clavo ardiendo y, si miro atrás tú no estás ahí
con los que pondrán la mano en el fuego por mí.